La industria del tabaco y la nicotina utiliza estrategias insidiosas para hacer atractivos sus productos nocivos, especialmente para los jóvenes.
Los productos con diseños manipuladores, los sabores atractivos y el marketing glamuroso crean una falsa sensación de seguridad y evocan deseabilidad. Tenemos que romper ese espejismo.
La nicotina y los productos del tabaco son altamente adictivos y están diseñados para mantener el consumo, atrapando a los usuarios en un ciclo de dependencia. Los aditivos enmascaran la dureza del tabaco, facilitando el inicio y dificultando el abandono. Se acabó el endulzar estros productos.
Eliminar el atractivo de estos productos mediante una normativa más estricta es esencial para proteger de los daños a las generaciones actuales y futuras. No dejemos que la industria del tabaco y la nicotina engañe a la gente con sus trucos.